Sobre las discotecas
Ayer por la noche fui (como siempre fui arrastrado) a una discoteca. Nunca me han gustado y nunca me gustarán. Se supone que la gente va a allí a bailar ¿y por qué voy yo, que no sé bailar, que me muevo en mi cuerpo como si lo hubiera estrenado ayer y que encima me da vergüenza ajena? Ves a gente que baila medianamemnte bien y te sientes frustrado por no saber moverte así. Yo tengo ritmo (soy batería) pero no sé bailra. Mis manos y mis pies son capaces de seguir un ritmo pero en cuanto la cadera entra en juego... eso ya es otra cosa. Y es como tener un coche de los años 20 en un circuito de fórmula 1. Te sientes mal porque el resto de la gente se mueve y tú no puedes. El llamado DJ es omo una especie de diosecillo tirano que obliga a todos a escuchar y a bailar lo que él quiere. NO se debe hablar, porque el volúmen es tan brutal que te impide oir nada a no ser que te griten al oído.
Por otro lado, si la música que pusieran invitara a bailar me sentiría peor. Lo que se pone en las discotecas es "anti-música". Y me explico. Yo cuando oigo algo de música me gusta oir que tiene alma. Es decir, me gusta saber que las personas que han hecho esa música se están divirtiendo, se lo están pasando bien o están transmitiendo algo importante de su vida en música o contándote una historia. Pero la música que ponen en las discotecas tipo Bisbal y demás fauna pseudolatina) es música de fábrica. Notas que se sacan de máquinas, cantantes sacados de moldes de plástico, movimientos tiránicos que todo el mundo repite. "Hang the DJ" como decían los Smiths, "porque la música que pone no tiene nada que ver con mi vida". El llamado DJ es omo una especie de diosecillo tirano que obliga a todos a escuchar y a bailar lo que él quiere. No se debe hablar, porque el volúmen es tan brutal que te impide oir nada a no ser que te griten al oído.
Hay música de baile, claro que la hay. Y música de la que es imposible escapar por tener un ritmo tan demoniaco que su hechizo te hace mover los pies. Estoy hablando, por ejemplo del rockabilly (no puedo oir "americano" y no moverme), música gozosa como el gospell, que te hechiza y te hace moverte, o muchas más. Pero no la musicucha que te obligan a escuchar desde esa industria tiránica que es la fábrica discográfica.
Por otro lado, si la música que pusieran invitara a bailar me sentiría peor. Lo que se pone en las discotecas es "anti-música". Y me explico. Yo cuando oigo algo de música me gusta oir que tiene alma. Es decir, me gusta saber que las personas que han hecho esa música se están divirtiendo, se lo están pasando bien o están transmitiendo algo importante de su vida en música o contándote una historia. Pero la música que ponen en las discotecas tipo Bisbal y demás fauna pseudolatina) es música de fábrica. Notas que se sacan de máquinas, cantantes sacados de moldes de plástico, movimientos tiránicos que todo el mundo repite. "Hang the DJ" como decían los Smiths, "porque la música que pone no tiene nada que ver con mi vida". El llamado DJ es omo una especie de diosecillo tirano que obliga a todos a escuchar y a bailar lo que él quiere. No se debe hablar, porque el volúmen es tan brutal que te impide oir nada a no ser que te griten al oído.
Hay música de baile, claro que la hay. Y música de la que es imposible escapar por tener un ritmo tan demoniaco que su hechizo te hace mover los pies. Estoy hablando, por ejemplo del rockabilly (no puedo oir "americano" y no moverme), música gozosa como el gospell, que te hechiza y te hace moverte, o muchas más. Pero no la musicucha que te obligan a escuchar desde esa industria tiránica que es la fábrica discográfica.
3 comentarios
torpin -
torpin -
torpin -
JE! Acabo de ver que has puesto un post con tema parecida a la mía, devuelveme mi vidaaaaaaaaaaa, je!