Back to the Past
Andamos planeando mi señora, unos amigos y yo una escapadita a Albión. Y la verdad es que me apetece muchísimo volver y ver la ciudad con nuevos ojos. Pensando en ello me vinieron recuerdos de cuando me fui para allá, sin nada más que un poco de dinero (que se convirtió rápidamente en menos de la mitad, porque mi casera quiso cobrarme la estancia por adelantado) y muchas ganas de la aventura y de tener un aperitivo de lo que sería la vida adulta.
Tengo ganas de acercarme por James Street (sale de Oxford street, casi llegando a Marble Arch) y ver qué se cuece en el restaurante italiano donde un rumano me explotó de mala manera.
El rumano, curiosamente, no era el dueño, sino un camarero con más antigüedad que yo que me hacía trabajar lo que no está escrito. Por otro lado, la gente de la cocina (todo sudamericanos) me trataban muy bien y me metían solomillo y huevos fritos en la pasta.
Y, recordando todo esto, me vino a la cabeza una de las mejores imágenes que conservo de mi estancia. Mi hermano Ángel, viniendo a recogerme del trabajo, una tarde de Agosto. Vino para verme, y de paso ver también a algunos amigos, y fue un rayo de luz en ese mes tan oscuro de trabajo intenso, caras desconocidas, vueltas a casa en autobús y desayunos en la calle a base de muffins gordos comprados en un badulaque. No os imagináis la alegría que suponen momentos así.
Lo que también me recuerda todo lo que me quiere y lo mal que me he portado a menudo con él, como un niñato malcriado...
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