Maniobra de evasión
Este fin de semana nos vimos en la triste tesitura de acompañar a una amiga en el tanatorio. Nunca es plato de gusto, pero hay que hacerlo porque es uno de los momentos en los que más te necesitan.
Pero a mí no sé por qué en estos lugares me da por hablar de bobadas. Y parece que a la gente no le disgusta. Quizá porque esas tonterías hacen que se te olvide dónde estás y por qué. Sea como sea, el cartel de "Concurso de Cuentos del Tanatorio" y las cosas de la revista "Adiós" hacen que te tengas que reír, con ese humor negro tan nuestro.
La cosa es que siempre que cuando salgo me da por pensar en nuestra sociedad, que se aleja de la muerte como si no existiera. En el Medievo se vivía para la muerte. Que tampoco es eso. Pero es que ahora se nos intenta hacer olvidar que existe de tal manera que cuando pasa (y podéis estar seguros de que pasa) te da un portazo grandísimo. Porque nunca te has parado a pensar en ella.
Es curioso porque yo sí que he pensado a lo largo de mi vida mucho en ella. Quizás demasiado y demasiado pronto.
En fin. Descanse en paz. Los que nos quedamos aquí cuidaremos muy bien de tu hija, te lo aseguro.
1 comentario
Sergio -
Un abrazo majete.