Un par de imágenes inconexas
Una mañana.
Mirando a ambos lados en la parada del autobús. Aburrido porque el 45 suele tardar bastante y me entretengo mirando la cola de gente que espera para entrar en la Embajada de Ecuador, a resolver sus asuntos pendientes. El sol ha salido hace poco y emite una luz amarilla intensa que te ciega, si miras hacia el final de la calle. Pasa por delante de mí una furgoneta blanca grande y sin ventanas traseras. Se ha detenido en el cruce y ha echado el chorro de limpiaparabrisas, pero lo debía tener mal dirigido y ha salido varias veces por encima del vehículo.
Desde mi posición, con el sol de cara, he creído ver una gran ballena echando un chorro de agua por encima de su inmensa cabeza, como saliendo a respirar por encima del atasco nuestro de cada día.
Otra mañana.
De camino al trabajo, desde que me deja el autobús hasta que llego a la oficina tengo un paseo bastante agradable. Todo en sombra, con muchos árboles, cruzándome con muchos ejecutivos trajeados y ejecutivas divinas. Paro al lado de una parada de autobús porque creo que me he anudado mal la corbata. La fotografía del anuncio es muy oscura y me ayuda a reflejarme bien. Me centro el nudo entre los picos de la camisa justo antes de darme cuenta de sobre qué me reflejo. Es oscura porque es la foto de un niño negro muerto de hambre que anuncia la campaña de "Un kilo de ayuda".
Con sus ojos clavádoseme me dan ganas de apretar mucho más el nudo de la corbata.
3 comentarios
Sergio -
Yo -
Darío -