Feliz No Puente
Hoy al coger el tren había muy poquita gente. A las 8 de la mañana la gente normal todavía está durmiendo. Así que he escogido el asiento que más me gustaba sin problemas, me he sentado y me he puesto a leer. El problema es que no había gente a la que dibujar (últimamente no paro de dibujar las caras de los que se sientan en mi vagón. Lo mejor es que luego los veo por la calle y los reconozco rápidamente." Éste es el que suele leer periódicos económicos, esta señora suele dormirse...").
Al llegar a Madrid aún no había amanecido. O sí. Pero de lo que estoy seguro es que la ciudad aún no se había despertado. Tenía legañas en forma de niebla que hacían que paseara como si aún estuviera en duermevela. Pocos coches por la calle, poca gente caminando en la acera. En una de las jardineras interminables de Recoletos un barrendero soplaba las hojas amarillas del césped y a mí me ha parecido que estaba pintando el suelo con un aerógrafo verde. Destapaba el césped de su manta de hojas caidas, como despertándolo.
Yo también he dejado a Lorena durmiendo, bajo una manta calentita (auqnue no sea de hojas). Pero en lugar de despertarla la he dado un beso como todas las mañanas. Se merece el descanso.
Y yo, no sé por qué me da, voy a pasar las Navidades en la oficina. Pero cuando llego a casa todo hace que merezca la pena.
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Tejón -