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FRANK EINSTEIN: Walking silly since 2004

Sinceramente

En los últimos años, y (en mi opinión) gracias a la proliferación de periodistuchos de programas del corazón que llevan la "verdad" por bandera ha habido una especie de sobrevaloración del valor de la "sinceridad". O del "ser sincero".

Viendo ayer una especie de programa en el que salían chicos y chicas ante la cámara hablando de sus cualidades y defectos, de lo que les gusta y lo que no en otra persona, aparecía en casi un 90 % de los casos la palabra "sinceridad" o algo relacionado con ella. "yo soy muy sincero", "no soporto a la gente que no es sincera"... En pos de la sinceridad se abandera todo el mundo.
Dejadme confesaros un secreto: Nunca me fío de alguien que de primeras me dice que es sincero. Porque es la mayor mentira de todas, la mayor careta de todas. Todos mentimos. Todos sin excepción. Para cubrir aspectos mayores o menores, pero todo el mundo se esconde de cosas o las tapa. Es parte intrínseca del ser humano.
Tampoco me fío de nadie que me diga "Yo es que siempre digo lo que pienso a la cara"  porque me está diciendo (en prácticamente todos los casos) que es una especie de House (y no tan inteligente ni tan ácido) que me escupirá lo que cree que es verdad de la manera más cruel y descarnada posible. Y a menudo no me interesa escuchar eso, o al menos de esa manera. 
Bajo esa enseña se esconde una persona que puede ser de dos maneras: o bien alguien arrogante sin el menor rastro de sinceridad ("esto me parece una puta mierda y como tal te lo digo aunque no lo quieras oir, simplemente porque mi opinión debe ser oída") o el mayor cotilla hipócrita del mundo (si alguna vez tienes dudad de quién está despotricando contra tí a tus espaldas no lo dudes: es él).
Decía Bob Evans que "de cada hecho siempre hay tres verdades: la tuya, la mía y lo que sucedió realmente". La gente que se define sincera simplemente es la que se cree poseedora de la verdad. Al menos eso es lo que van enseñando en la televisión. El valor de la sinceridad es otro, es el de mostrarte tal y como eres a la persona que le interese y hasta el punto que se deba en cada momento. Una persona inteligente sabe cómo adaptarse a cada situación, mientras que la gente que se define sincera suele arramplar como un elefante en una cacharrería imponiendo sus opiniones que, dejadme que os lo desvele, cada uno tenemos la nuestra y hay algunas más válidas que otras según de qué estemos hablando. No todo es relativo.

3 comentarios

Miki Koishikawa -

estoy totalmente y absolutamente (y cualquier cosa que acabe en -mente) de acuerdo con este post y además parece que te me has metido enla cabeza y me has plagiado los pensamientos.

hay una línea entre ser sincero y ser simplemente un maleducado que la peña, no entiendo porque, no distingue.


¿como me queda este vestido?

- te hace parecer una puta vaca de mierda (maleducado)

- pues creo que no te queda bien, lo siento (sinceridad)

DGV -

Amén a lo dicho.

grasas -

pero Borhee, ¿estamos repitiendo entradas? Y me encanta porque la señal ha sido bonita