De contrarreformas
Y yo que pensaba hacer hoy un artículo sobre el centenario de ese GENIO que fue Billy Wilder y lo mucho que me gustan todas sus películas, del fabuloso matrimonio Wilder-Diamond y de todas esas mandangas...
Pero últimamente son los planes los que me hacen a mí y no al revés.
Quién me iba a decir a mí a principios de este año que ahora estaría como estoy. En Marzo estaba buscando un trabajillo cutre para sacarme unos durillos (aceptaba cualquier cosa) y casi me meto al aeropuerto a trabajar fijo para acabar haciendo tiras cómicas en un periódico de gran tirada. Por este lado las cosas han salido bastante mejor de lo que esperaba, si os soy sincero. No es muy agobiante, tengo una cierta libertad... Y sobre todo que si el día de mañana encuentro un trabajo grande (de jornada completa, quiero decir) siempre lo puedo compaginar.
Por otro lado a mi padre, aprovechando la marcha de mi hermano pequeño, le ha dado por reformarse por completo. No os asusteis: no se va a hacer budista. Simplemente ha decidido redecorar su vida y su casa (con la consiguiente megarreforma de cambiar muebles, cambiar suelo por tarima flotante, cambiar soltería por nuevo matrimonio y cambiar su horror a los animales por un bonito Yorkshire Terrier llamado Wendy al que yo tendré que sacar cuando no esté la dueña.
Y luego lo mío, que quién me iba a decir que en estos seis meses me vería con coche (cochazo) , casa (casaza preciosa) y una novia estupenda (que ya tenía) para ayudarme a sacarlo adelante. Sí, damas y caballeros, estoy hipotecado hasta las cejas y feliz por ello. La mudanza está siendo un lío padre, IKEA es el infierno en la Tierra y los vecinos han empezado a dar guerra aún cuando ni siquiera vivo allí. Pero la vida es bella. Y yo voy a casa andando como Roberto Benigni cuando quiere hacer reir al hijo (ay, que se me escapa la lagrimilla)
Todo esto viene aderezado abundantemente por exámenes y trabajos de clase variados (hoy he expuesto dos y he presentado otros dos. Y aún me quedan tres bastante gorditos...) que hacen mi existencia algo más feliz si cabe (nótese aquí la ironía). Tengo que reajustar muchas cosas de mi existencia. Cosas que se quedan, algunas que se deben ir al trastero y otras que se deben dejar atrás.
La adultez me ha llegado de golpe, señores. Y aún me estoy recuperando del knock out. Sé que es un periodo de cambio, que casi todos los cambios son para bien. Pero cuesta. Y aún estoy chupando la lona. En breve me levantaré para seguir luchando. Por ahora, dejadme dormir el sueño de los justos.
2 comentarios
Yo -
y... ¿al trastero?¿al trastero? pero si parece el armario de "Nannia"!
poquito a poco todo saldrá adelante, (qué remedio) =)
Alberto -
Un saludo desde aquí y hasta pronto.
Alberto Carlos.
Madrid