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FRANK EINSTEIN: Walking silly since 2004

Lost in La Mancha: luchando contra la realidad

Lost in La Mancha: luchando contra la realidad Cuando escuché que Terry Gilliam se había embarcado en llevar al cine Don Quijote, pensé que era el único director extranjero que era capaz de ello. De hecho, casi todas sus películas tratan sobre Don Quijote de un modo u otro, visto desde una u otra perspectiva (en “Brazil” el hombre corriente que se convierte en héroe y lucha contra la realidad, en “Miedo y asco en Las Vegas” es a través de las drogas como ambos personajes se salen de lo establecido, en “Munchaüsen” es un mentiroso que crea todo un mundo ficticio en el que él es un héroe patético) Parece un tema recurrente que le persigue en toda su filmografía: el qué es la realidad y la lucha del hombre contra los límites establecidos, definir cuál es la frontera entre la cordura y la locura, entre la realidad y el sueño.

El productor español, en una entrevista dijo “Gilliam ES Don Quijote. Ve gigantes donde tú ves molinos. Los ve de verdad.” Y ése es el gran problema.
En “Lost in La Mancha” a menudo me he visto reflejado (la gente mira a Gilliam exáctamente igual que me miraban muchos cuando les decía “Voy a hacer “¡Guardias!¡Guardias!”. Va sobre un mundo que está encima de una tortuga y luego hay cuatro idiotas que se enfrentan a un dragón de 30 metros”.
Al igual que me he visto en muchos momentos en su desesperación por la mala suerte, o que todo se ponga en su contra, que aunque la gente no los viera, los tuve y a menudo. Pero la cosa es que no se viera 

Por otro lado, la ilusión que le pone Terry lo suple todo con creces, ves brillar sus ojos en cuanto escucha a Don Quijote hablando, al igual que se me iluminó la vista cuando escuchaba las risas del público.

La diferencia es que “¡Guardias!” tuvo un final feliz y “Lost in La Mancha” no lo tuvo: enfermedad de próstata de Jean Rochefort (que en una película en la que tienes que estar a caballo todo el rato es algo muy grave), tormentas, granizo, aviones que pasan por encima, muy poca profesionalidad por parte de los españoles involucrados (en mi opinión) y mil circunstancias que lo hicieron inviable y toda una pesadilla. “La maldición del Quijote” como la llaman a menudo, ya que Orson Welles y algunos otrs también se quedaron a medias.
No obstante ahí quedan algunas imágenes como la carga de los gigantes o algunas otras que sí que fueron capaces de rodar que nos da una idea de cómo fueron.

El final triste es Gilliam dibujando un Don Quijote que sale corriendo y herido de balas que disparan los molinos, en el que escribe “The windmills of reality fight back!” (los molinos de la realidad contraatacan). Y aunque lo haga en caricatura, sé la profundidad que tiene hacer un dibujo así, y la tristeza que siente en esos momentos.

Esperemos que tras “Tideland” y “Los hermanos Grimm” Gilliam nos de la sorpresa de rodar “Buenos presagios” que está ahí parada. Lo importante es que alguien le dé el dinero suficiente para volcar su imaginación. Lo malo es que su imaginación es desbordante, y el dinero no suele tener esa cualidad.

PD: En la película, a menudo dice que “no quiere que sea otro Munchaüsen” porque fue, por lo visto, un fiasco comercial. Vista la mayoría de su filmografía, para mí es la que más me gusta. Vedla.

PD2: Ya haré un post sobre El Quijote en el blog, que es un libro que me gusta mucho.

1 comentario

Manu -

Creo que las últimas noticias sobre Buenos Presagios son que Gilliam la producirá, pero la dirigirá un director misterioso del agrado de Pratchett y Gaiman (lo cual sugiere que será bueno). Todavía no hay fecha, eso sí...